dahara —Kasumi Kishimoto— tiene 16 años, y una de las cosas que más odia es tener que coger cada día el tren para viajar una hora hasta la ciudad e ir al instituto. Es por ello que decide dejar su casa e irse a vivir con su tía Margarita —Chigusa Mizusawa—, que quedó viuda, así de paso le hace compañía. Durante su trayecto de la estación a la casa se cruzaría, sin darse cuenta, con uno de los hombres de su vida: Guille —Yūsaku Takasugi—.
Así comienza el anime de Alegre Juventud —Hiatari Ryōkō!—, con mensaje poético incluído, tal y como le gusta hacer a Mitsuru Adachi en sus obras. Lo que no sabe Adahara, es la que le espera al llegar a su nuevo hogar. La chica imagina encontrarse a una triste y solitaria viuda, pero resulta que la mujer comparte casa con cuatro adolescentes: el vanidoso y salidorro de Quique —Shin Mikimoto—, el comilón de Ricky—Takashi Ariyama—,el pequeño y reservado Nacho —Makoto Aido—, y Guille. Esto seguramente daría mucho que hablar en un Japón que estaba a punto de despedir la década de los 80.